viernes, 24 de febrero de 2012

Al fin es viernes

Al fin es viernes. Y a más, hace un día espléndido. Solo lamentar una travesura de la vida, un descuido del amor, un tren, una chatarra sobre ruedas estampada en la estación de Buenos Aires... Cincuenta muertos y seiscientos heridos. Una tragedia. Rox, amiga, dales un beso universal a tus conciudadanos bonaerenses.

Para mí un viernes es de fiar, aunque no todo me salga a pedir de boca. Yo elijo. Es un lujo que me permito pase lo que pase... porque no le doy tregua al mal humor, a las malas noticias. No es que pase de la realidad, es que los viernes los dedico exclusivamente a mirar de soslayo. Durante la semana hay cosas que me pierdo por razones varias y el viernes las recupero todas. Los viernes las cosas no me salen mal porque les dedico mucho tiempo y cariño... Sí, claro, lo humano, ya: una amistad causa decepción... un padecer inexplicable... un dolor del alma... un achaque de salud... un amor ido... Otro bienvenido. La María me prometió que en viernes el humano ser no fallece sin equivocarse. Y yo la creo.

Mirando de soslayo, dándole a cada cosa su valor, a cada asunto su aquel... Lo importante no es lo que suceda, sino cómo se reacciona ante lo imprevisible. Porque si uno se pone a coleccionar fracasos y miserias jamás logrará remontar el vuelo... y es preciso volar.

Y uno vuela cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe.


Cuando acepta la realidad y tiene el coraje de vivirla.

Cuando asume su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para cambiarlo.

Cuando aceptando lo que deja detrás, construye lo que hay delante y proyecta lo que puede ser el porvenir.

Cuando se supera a si mismo y lo comparte con los humildes del corazón.

Cuando abre camino, asimila experiencias y siembra raíces.

Cuando se impone metas sin importarle comentarios negativos ni prejuicios; y da ejemplo sin importarle burlas, ni desdenes: Cuando cumple la palabra dada.

Cuando se enfrenta al invierno sin hojas... que llama la primavera. La primavera de recoger las flores aunque tengan espinas. La primavera que marca sendero aunque levante polvo al andar.

Cuando es capaz de afianzarse con ilusión ante la tempestad... de perfumarse con flores resecas... y de encenderse con residuos de amor.

Cuando se es honrado, fuerte de carácter, excelente de formación, sensible de temperamento... Cuando se es humano de crecimiento.

Cuando se lucha a muerte por la vida sin dejar de volar uno vuela... y vuela.

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