Adiós, general secretario

Adiós, general secretario; adiós, Francisco Álvarez-Cascos, gracias por haber venido, y gracias por irte a las primeras con tus gentes. Gracias por haber venido fugazmente a escuchar en inevitable silencio los discursos de huecas alabanzas en su investidura como Presidente del Principado de Asturias que aún resuenan por el firmamento. Váyase usted con la satisfacción del trabajo bien hecho: nos vemos el día 25 de marzo en las urnas. Eso sí, prepárese los enseres, pues ahí fuera ya están esperando los operarios de mudanzas para desmontar su escenografía. La burocracia de su patriotismo volverá a la cosa de antes, a otra cosa mariposa.