lunes, 13 de febrero de 2012

Un error

Acabo de recibir un e-mail, que es un error, y, como no soy la vecina chismosa, sin comentarios copio y envío porque se ha de saber:

Hola, Carmela:

Soy yo, y te tengo que confesar algo que me corroe por dentro: Soy una mujer adicta al sexo, y, aunque hasta ahora creía que no era tan malo, hoy no estoy segura. Creo sinceramente que no le hago daño a nadie, al contrario. Pero no puedo vivir con esta duda que se me plantea. Te cuento, yo he votado al PP. Y sé que a vista de la iglesia de Roma es pecado. Fornicar, si no es con el fin de procrear, es pecado mortal, y no quiero que me excomulguen. Soy incapaz de proclamar vida pura hasta la sepultura. Mi adicción al sexo me lo impide. Tengo un amigo sevillano con el que me sinceré (él es de ir a misa los domingos y fiestas de guardar, de peregrinar descalzo a La Virgen del Rocío) y me dijo que estaba enferma. Él también es del PP, pero afiliado. Él es casi bendito. Me recomendó que visitara un sexólogo. Igual mi futuro pasa por ser una monja de clausura. Rajoy sabrá perdonarme, otra será Rouco, bendito portavoz del papa de Roma por la gracia de Dios. Yo no quiero ofender ni en el pensamiento a Rouco. Estoy confundida y enferma, lo sé. Tal vez un exorcista... un psiquiatra. Quiero ser normal, pero esta adicción al sexo que es necesidad de la carne me lo impide. Soy una pecadora impenitente. Debo reprimir mis impulsos sexuales como sea, o al menos controlarlos.

2 comentarios:

  1. yo voy al Rocio, la buscare y te cuento.

    ResponderEliminar
  2. Te lo agradezco, amigo. En el día del amor y la amistad, besos a todas mis amigas sevillanas (pásalo). De ti, de mí, y de Javier Clemente, hablaremos otro día.

    Salud,

    ResponderEliminar