sábado, 18 de febrero de 2012

Una misiva

Yo sé que vendrás, como vendrá la primavera después del frío invierno a fundir tu estado de ánimo en una sola emoción.

Una amiga me dejó estupefaciente al decirme que no la respetaba a raíz de un e-mail sin mala intención. Cuando ignoramos el estado de ánimo ajeno decimos sin pensar y podemos ofender. Pero no es el caso. Yo respeto a mi amiga. Tal vez le comenté de manera confusa, irónica... no sé. Ella me conoce y sabe que nunca le haría daño de palabra y obra. No la entiendo. A mi amiga le diría que sesgada por la impresión que a primera vista le produjera mi e-mail, no debiera prejuzgarme. Antes me releía con el fin de entender la trayectoria, la perspectiva de la misiva. Una misiva con nombre propio causa una honda crisis de respeto entre dos. En este sentido solo le puedo decir que me relea como antes. O que me pregunte cuando venga por primavera... Mi amiga ha de ser más tolerante conmigo. ¿Comprendes? (Qué dilema tan grande se presenta en mi vida).

No hay comentarios:

Publicar un comentario