Amparado en de soslayo.

Amparado en de soslayo que siempre me cubre las espaldas, para no perder la costumbre, salté de la cama optimista. Con el primer café de la mañana recordé la noche desvelada que dejé atrás (y sonreí); imaginé una vida de historias que me trae buenos y malos recuerdos (y sonríe); imaginé, sin mucho imaginar, la floración del azahar y antiguos testamentos (y sonreí); imaginé por Dios y por España y una grande y libre (y sonreí); imaginé procesiones de héroes que nos dieron una patria sin bandera (y sonreí); imaginé a quien me conoció y con el tiempo llegó a quererme (y sonreí). Y de tanto imaginar recordé que no concebí un plan para crecer junto al Pueblo de Patricia (y lloré). Una táctica para lograr la paz. Que me parta un rayo por ser tan descuidado. Y además que un dios bueno me obligue a vivir en un estado de pureza extrema y absoluto silencio. (Si alguien pudo salvarme y no pudo, no quiso, o llegó tarde y solo encontró despojos de mí, probe). Anda uno metido en tantos enredos, tan voluntario anda uno creando propicias condiciones para ser mejor. Tan metido anda uno en todo, que por tales circunstancias uno anda descuidado de cosas que importan. La salud, por ejemplo. Otro imposible al ser la Sanidad Pública mi dolor. De cuando en vez creo que un día... a los viejos nos gusta creer lo que no es. Sé que la sensación que doy no es la indicada para hacer amigos (tú siempre haciendo amigos). Necesito que todo marche en una misma dirección, pero para tal fin carezco del necesario sosiego. (Lo que importa es darle sentido a las cosas que se hacen con un mismo fin). Gracias.