La reflexión íntima es aburrida. Señor presidente, aburre lo suyo. Lo mío es para un día o dos, lo suyo va para eternizarse. De acuerdo con "trabajar sin descanso por la regeneración democrática", pero qué quiso decir con que no será un "punto y seguido", será un "punto y aparte". Hasta el día que le dio por irse sin haberse ido, era "el puto amo", según Óscar Puente. ¿Ahora dígame qué es, y qué hará con el "punto y aparte"? Yolanda Díaz reclama que ese "punto y aparte" tenga contenido. Sin remontarnos a la Santa Inquisición: ¿Quiere usted para España una revolución marxista-leninista, o un golpe de Estado franquista? Yo también estoy enamorado de España, aunque con tanto recelo no podré soportarme. El no saber y yo nunca nos llevamos bien. Y mientras escribo, CaixaBank, presenta unos beneficios de 1.005 millones hasta marzo, un 17,5% más. Señor presidente, he leído en su biografía que habla inglés, francés y, por supuesto, español, tradúzcame con palabras que entienda: ¿Cómo es posible que los usureros ganen millones y ni siquiera nos devuelvan el dinero del rescate bancario? No soy de España y mucho España, soy de las familias que no llegan a fin de mes. Lo del Tribunal Supremo y la amnistía, más o menos lo entiendo, los beneficios extraordinarios de los usureros, no lo entiendo. Como no entendería que el Vaticano se convirtiera en una potencia nuclear para imponer la paz en Gaza y en Ucrania. Señor presidente: haga algo con ese "punto y aparte" que beneficie a los que siempre pierden. ¿Sí? (Disculpe la desconfianza, también que no le haya votado). Gracias.
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