Si la vida me diere reposo... ¿Qué me inquietaría? Creo que siempre viví intranquilo. Imagino que el sosiego que necesito lo encontraría en el manicomio. En el ojo de la tempestad. En la profundidad de un mar en calma. Mi vida es ultrarrápida y a la vez serena. Hay profundidades del infinito universo donde ningún mal puede perturbar, ni tormenta alguna puede visitar. De cuando en vez caigo en el delirio y no sé por qué sustento tu recuerdo en mi corazón y el temor en mi inquietud. La realidad es terca, como el quererte, ay. Dos corazones fundidos en el mismo parecer. No te quise para amar, por más que te amé, te quise para romper barreras relacionadas con la política que explica todo y oculta demasiado. Empezamos mal, y a pesar de que no tuvimos adversarios que nos impidieran llevarnos bien, nos llevamos peor. Llegaste a la política cuando yo estaba de vuelta y no me consideraste camarada, sino amigo, además de un saco de boxeo. Nunca te quise mal del todo, de querer, lo hubieras sufrido a dolor. ¿Se puede decir que duermes con tu enemigo? Hablo de política, recuerda. Mañana sigo. Gracias.
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