Las Administraciones Públicas y las grandes empresas son sistémicas. Quiere eso decir que el gobierno no les deja quebrar porque el riesgo de que arrastre la economía y los servicios públicos que prestan sería una catástrofe. Ejemplo: los usureros no pueden quebrar porque dejarían de robar y qué sería de nosotros sin ladrones. Para que no ocurra el gobierno paga sus delitos con el Erario. Al rescate bancario me remito. Las Administraciones Públicas igual, recuerden los electos en la cárcel o esperando a ser juzgados por corrupción. Y ahora llega la broma: "Absuelto el exalcalde de Alicante Díaz Alperi por el 'Caso PGOU' al prescribir su delito". ¿Qué les pareció? El proceso contra él se abrió en octubre de 2012 y transcurrido el plazo de prescripción, tres años, para el delito de cohecho impropio en el Código Penal vigente, "tararí que te vi". (Les invito, después de la siesta, a llorar conmigo en Les Seniaes). Hay empresas y Administraciones sistémicas. Y usureros y electos que se lo llevan envuelto en papel de fino regalo con el parabién de los tribunales que debieran impartir justicia. No busquen amor en los hombres ni en las mujeres, búsquenlo en las grandes empresas, en las Administraciones del Estado o en la Judicatura. (Cuando el gobierno no se hace preguntas, es la ciudadanía la que debe preguntarse para qué sirve el gobierno). Gracias.
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