lunes, 14 de marzo de 2016

Lunes de esperanza.

Un comentario amigo me da qué pensar acerca de la fe y la esperanza. Entre la fe y la esperanza vale la esperanza, porque asegura que la fe está pasando por un periodo de incredulidad. Entonces corren malos tiempos para la esperanza, además de la salud, el amor y la economía de una país sin gobierno.

Yo no soy de mucho tener fe en un dios verdadero pero sin fe, aunque solo sea porque en este país si no nos salva un milagro... Hay que tener fe en algo o alguien cuanto menos para llegar a fin de mes. Y la esperanza que no falte. Ay, de viejo voy hacia atrás como los cangrejos. Para atrás porque no estoy para que me den más besos por la espalda. Ni Judas. Prefiero que me asesine un misil en una guerra preventiva a que me den besos con la cara de ir a misa los domingos arrepentidos nos quiere Dios. 

Si voy hacia atrás mi amigo Eugenio me aconseja ir como si fuera en plan déjà vu para ver acercarse el peligro. Algo parecido a la amnesia al haber vivido una situación que se repite en el tiempo. Eugenio me asegura que tropezar una vez en la misma piedra ocurre en las mejores familias, pero tropezar en la misma piedra dos o más veces ya uno se lo tiene que mirar porque pasa de tener fe a ser creyente extraordinario. No es malo tener fe, al contrario es bueno, lo malo es creer en cualquiera. Para un lunes de esperanza amor... amor ya no me quieras tanto porque no te imaginas lo difícil, doloros y lento que es el proceso de olvidar.

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