domingo, 27 de marzo de 2016

Emancipación.

Ya es oficial: "de un pájaro un ala". Tenía que llegar y llegó, me gustaría decir que llegó como el amigo gorrón sin esperarlo, pero la historia estaba escrita hace tiempo. La suya, hablo de Kristel, como la mía en su día. Entre otras razones por la edad y porque tiene trabajo estable y puede y quiere. Lástima que todos los jóvenes de este país que quieran no puedan hacer lo mismo. Como está la vida de imposible la emancipación es la desesperanza, la incredulidad. Igual cosas de los abuelos... Y qué duro decirlo.

Estamos de paso en casa de nuestros padres cada vez a paso más lento, lento y sin prisa. Hoy será un día feliz para Kristel. Hoy seré yo el que vaya a comer a su casa. Suena muy bien su casa. Suena mejor porque es feliz. En adelante asistencia a domicilio... Kristel lo merece, no solo por ser hija excepcional, sino por su innato instinto para la superación. La niña de mis ojos hoy no regresará a su casa a dormir, irá a la suya que es mejor. Todo lo de Kristel es mucho mejor. Y yo orgulloso de toda ella sin disimulo.

Obsesiva a veces con su trabajo, cariñosa siempre, auténtica hija, aún necesita de mí tanto como yo de ella. Existe una brecha generacional que los dos toreamos como un amor sin comillas. A pesar de que hay quien va diciendo por ahí que no quiero que Kristel se vaya de su casa, pero ya se sabe que nadie es perfecto. Son lenguas envenenadas, tediosas si es más. Hoy se hablará de Kristel en Valencia como una mujer de armas tomar con derecho al olvido. Valencia gana. Si algo muere algo nace. Felicidades, mi amor. Estaré igualmente sonriendo a tu lado cada día. Ya inventaremos la manera. Te quiero.

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