martes, 21 de octubre de 2014

Agonía sin consuelo.

-A tu edad deberías vacunarte contra la gripe.
-¿Y qué edad me echa usted?
-La tengo en tu expediente.
-¡Oiga usted, ese expediente es privado!.
-Pero soy tu médica de familia.
-Ah, bueno, entonces vale. Le iba a poner una demanda de muy señora mía.
-Y además de la de la gripe te podías vacunar contra la estupidez.

Mi médica de familia tiene un gran problema: nadie la quiere. Y eso es jodido porque no existe vacuna ni otro remedio. Necesita amor, que alguien la quiera en la salud y en la enfermedad, en la tristeza y en la alegría, que la quieran de cualquier forma. Ni imagino las experiencias emocionales que podría haber tenido esta buena mujer de haber sido normal; su jornada laboral llena de pacientes, algunos graves de corazón y que si quieres arroz Catalina. Se podría decir (que los vivos nada quieren saber de los muertos) que se encuentra en un lugar cercano al desamor entre la desilusión y la esperanza.

Rondando los cincuenta y... esta buena mujer sufre un trastorno interior de soledad con crisis emocionales sustentadas por miedos y confusiones, además de una leve patología de crimen organizado consecuencia de tanto fracaso amoroso en su vida. Malversadora de juventud, los hombres ahora pasan de sus arrugas y mala hostia. Toda ella es una agonía sin consuelo.

2 comentarios:

  1. Pobre de tu medica, tan rodeada de gente y tan sola. ¿Y si le das un abrazo? digo, pa' que no se sienta tan sola.


    Buenas

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  2. Muy buenas...

    Y luego vas diciendo por ahí que somos amigos... Ay. Beso.

    Salud.

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