Un lunes que Dios quiera todo salga bien y pase pronto, toca silencio y meditación, sentarme en la escalera y a esperar... Porque la Sala de Espera de un Hospital solo está para asuntos propios: a quién le toca regar, la carestía de la vida, la vecina que se puso la permanente... ¡Joder, dona, la Sala de Espera de un Hospital es peor que "Sálvame"!. De un tiempo a esta parte los Hospitales están imponiendo su estilo de vida. Lo mejor de todo es la esperanza, y lo peor a nadie importa. (Porque no estás sola, amor, porque yo te quiero).
Sin entrar en detalles, corren malos tiempos para la vida y el amor (al menos hasta hoy). Qué pena que el dios del amor y de la vida, Mario Benedetti, haya muerto para poder explicarnos... "No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma. Aún hay vida en tus sueños".
Hablo de darnos una explicación y estar atento, y de aceptar las consecuencias con los humildes en el corazón... Nadie es culpable. ¡Que Dios los inspire y que Dios los ampare!. Detesto las velas a Jesús el Cristo, los ánimos y los lamentos. Solo quiero esperar en la escalera a que llegue la hora.
Son momentos tristes los que estamos viviendo; son momentos más que nada de rezar... Pero yo no sé rezar y cabeza no tengo para aprender. Tampoco quiero. Me estoy mortificando y eso no arregla nada.
¡Te alabamos señor!, en ti cree. La fe moverá o no moverá las montañas, pero le da esperanzas, no me cabe la menor duda. Yo solo digo que si lo hiciste que lo hagas, para que nunca más un cura esté por encima de ti... (Con más frecuencia saco mis miserias a pasear... Soy viejo: pido disculpas).
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