-A tu edad deberías vacunarte contra la gripe.
-¿Y qué edad me echa usted?
-La tengo en tu expediente.
-¡Oiga usted, ese expediente es privado!.
-Pero soy tu médica de familia.
-Ah, bueno, entonces vale. Le iba a poner una demanda de muy señora mía.
-Y además de la de la gripe te podías vacunar contra la estupidez.
Mi médica de familia tiene un gran problema: nadie la quiere. Y eso es jodido porque no existe vacuna ni otro remedio. Necesita amor, que alguien la quiera en la salud y en la enfermedad, en la tristeza y en la alegría, que la quieran de cualquier forma. Ni imagino las experiencias emocionales que podría haber tenido esta buena mujer de haber sido normal; su jornada laboral llena de pacientes, algunos graves de corazón y que si quieres arroz Catalina. Se podría decir (que los vivos nada quieren saber de los muertos) que se encuentra en un lugar cercano al desamor entre la desilusión y la esperanza.
Rondando los cincuenta y... esta buena mujer sufre un trastorno interior de soledad con crisis emocionales sustentadas por miedos y confusiones, además de una leve patología de crimen organizado consecuencia de tanto fracaso amoroso en su vida. Malversadora de juventud, los hombres ahora pasan de sus arrugas y mala hostia. Toda ella es una agonía sin consuelo.
Pobre de tu medica, tan rodeada de gente y tan sola. ¿Y si le das un abrazo? digo, pa' que no se sienta tan sola.
ResponderEliminarBuenas
Muy buenas...
ResponderEliminarY luego vas diciendo por ahí que somos amigos... Ay. Beso.
Salud.