A la gran mayoría nos gusta estar en medio de los sucesos, y sino, lo inventamos. Somos más chismosas que los hombres. Falsa ingenuidad, hablo por mí, porque me gustaría influir en el curso de la historia. Daría lo que no tengo por ser esa líder de opinión que cambia el destino de los sucesos. No me cansaría de ser alguien importante. Y estaría dispuesta a confundir a quien fuera preciso para alcanzar mi propósito, incluso pactar con el diablo. Todo por ser importante.
Se acercan las elecciones y una amiga me aconseja presentarme, me dice que un político es muy poderoso, sin embargo lo considero un exceso. Yo solo quiero ser alguien importante no estúpida. O algo peor.
Como dijo Winston Churchill: El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
ResponderEliminarY nos hacen falta Estadistas !
Saludos
Y guardas de seguridad para el erario. Muchas gracias.
ResponderEliminarSalud.