sábado, 31 de mayo de 2014

Con permiso: alegría.

El día sigue nublado, incluso parece que va a llover. Y mi tristeza se está alejando mar adentro. Mal asunto para un sábado de fieles difuntos.

Me gustaría ser capaz de elegir el día anterior el tema a escribir en de soslayo, pero solo al desperar y abrir la ventana... ¡Joder, dona, no tengo alegrías que contar!. Y tú muerta.

Mi vida es la brújula que indica hacia dónde se mueve el día y el aprendizaje que me guía. La noche a menudo es eterna, no hay manera que Morfeo haga las paces y me provoca un despertar de animadversión con el nuevo día. Y me adentra con dolor en un estado de ánimo triste de morir.

La tristeza es una de las antesalas de la depresión, yo temo a la depresión, es algo serio que muchos confunden con un estado de ánimo apesadumbrado... Debieran saber antes de hablar. O pensar lo que dicen. Hoy, porque el día no ayuda, me iré a otra parte a vestirme de alegría, no tengo tiempo para tristezas. Allá la pena de día que amaneció y las emociones que provoque. Prefiero ir despacio, al paso, no correr para que no se me escape nada de soslayo: el mejor aprendizaje. Tal vez la tristeza venga incluida en el libro de la vida como enseñanza, pero estoy de tistezas que las vomito, solo la alegría será bienvenida en mi vida... Pido, pues, permiso a la alegría para que invada mi vida.

1 comentario:

  1. Puedes pensar en que el solo abrir los ojos es suficiente para ser feliz, pero mñeh, los optimistas debían tener un dia depresión cabrona-perdon- y dejen de hablar a la ligera.

    Te iba a contar un chiste para que te rieras pero psss ya se me olvido.

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