domingo, 12 de octubre de 2014

Lo que me gusta de ella.

De ella me gusta sus palabras de asombro
(nunca se entera de lo que sucede)
cuando las cosas se ponen tercas de entendederas.
También la voluntad de estar cuando se la necesita
(siempre)
eso es mucho para mí, aunque nunca se lo dije.
De conocerla, me gustarían sus cosas más desgastadas
(usadas solo por ella)
con su fragancia de Flor de María.
La hamaca donde se acuesta a reposar cada tarde
(leyendo Don Quijote de la Mancha)
luego de sus caminatas de andar por casa.
Y su poncho deshilachado,
y su habitación sometida al llanto,
y su fatiga inexcusable por atender a los suyos,
y su mirada cuando la vence la noche,
y sus ojos de color negro azabache,
y su pasión por el silencio,
y, sobre todo, su alma del mes de abril que me regaló con su inspiración.

Así,
pues,
gracias por tu amistad.
Hasta mañana si Dios quiere.
Beso.

Salud.

2 comentarios:

  1. Cuando escribes cosas tan bonitas no encuentro palabras para decirte cuanto me gusta que lo hagas. Tocas mi alma.

    Dios quiera y como yo, siempre quiere.

    Hasta mañana, descansa.

    Un abrazo

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