Hay circunstancias que llevan indicadores que acarrean pena sin culpa y se convierten en un peso imposible de llevar. Te cae el mundo encima y no sabes qué hacer y te pasa por la cabeza saltar por la borda y que entre un mar hasta el comedor. Todos pasamos por malos y peores momentos. Y nos olvidamos de los buenos y mejores momentos y damos en loco y nos importa nada nada. Tanta pena lleva a preguntarnos que si no estará todo perdido. A veces ocurren cosas y duelen más de lo que creemos poder soportar. Cosas que pasan por la cabeza demasiadas veces. Ocurren cosas que nos impiden ver lo que tenemos delante ... La familia, y los hijos primero. La familia. Y los que están allí, aquí. Y aquellos que nunca se fueron.
Quisiera ser mariposa que vuela libre en primavera para inyectarte ánimo en vena, pero soy oruga. La vida no tiene atajos. La vida tiene sentido y un invento humano: amor se llama. En casos de ruina mental debemos convertir un mal momento en la mejor relación de amor y amar. El camino es largo y las pisadas pesadas ... (Por cierto, qué tiempo hace por ahí, a ver si vienes pronto por aquí. Me apetece tomar un café contigo. El café correrá de tu cuenta, de la mía las pastas de té). Gracias.
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