lunes, 13 de diciembre de 2021

La suerte de quien escribe.

"La suerte de quien escribe, si es ética, es la credibilidad que causa sus palabras y la pasión con la que se entrega a ellas".

Por eso, si alguien encuentra por ahí, quizás al rocío de la madrugada, a un escritor de palabra ilegible, que a juzgar por sus comentarios parece ser un emisario del pasado con información fidedigna del presente, atrápenlo como puedan, sométanlo a un juicio sumario y envíelo al paredón. Este sujeto avieso y traicionero se ha hecho acreedor de este castigo por repartir al por mayor esperanzas, neutralizar sentimientos, disparar con balas cargadas de ilusiones y promover el nudismo del alma a gente buena con información privilegiada. Si lo ven traten de impedir a toda costa que se escape, es resbaladizo y burlador.

Dicen que se fugó del silencio sin revelar de quién eran los labios que besó. Que lo han visto al borde de un acantilado llorar ante el recuerdo que en su memoria guarda nostalgias vagas de melancolía. Dicen que lo han visto cargar sobre su espalda sueños robados. Que lo han visto caer y quebrarse, arder en la hoguera y desmembrarse. Dicen que lo vieron amortajado y a las plañideras llorarlo. Juran que lo han visto resucitar con ella por amor. Y que si no lo capturan volverá a besar. Gracias.

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