martes, 21 de diciembre de 2021

Desde la decepción.

Desde mi punto de vista, lo peor de explicar es una reacción inexplicable. Pero igual son cosas mías. Lo cierto es que estoy confinado por el coronavirus y tengo que ir a trabajar. Si viviera en Cataluña no, sin embargo vivo en el resto de España y sí. Culpables los empresarios aventajados de Rajoy. Se podría decir que son los mismos ... Los neoliberales que de cuando en vez nombro. Demasiadas veces nombro. Pocas cosas se pueden cambiar desde la decepción. En aparente fracaso, uno no sabe si tomar las de Villadiego, aunque acabe quemándome. Para los torpes de entendederas tomar las de Villadiego es la manera volver sin haberse ido y quedar bien. Bien jodido, quise decir. Si estar confinado es un compromiso que no se puede entender humanamente, solidariamente; lo que sea menos atropelladamente. No me entra en la cabeza. Lo decía mi padre: "Yo no quiero, pero me obligan a ser malo. Y hostia al mono". Sirva como aclaración que el mono era yo. Gracias (de nada).

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