lunes, 1 de mayo de 2017

País fallido y abandonado.

Me cuenta mi esposa que hoy lunes es la Fiesta del Trabajo y no se trabaja. Quede claro que yo no soy Lluís Llach, a mí, el que tenga un puesto de trabajo y no quiera trabajar que no trabaje. Así de claro. Por cierto, recuerdo que antes los vigilantes mineros llevaban una pistola al cinto. Hablo de otros tiempos y otra vida. Pero es cierto, la llevaban y la usaban. Joder, dona, eso de ser viejo, ay. A pesar que amenacé conque nadie se atreviera a recordarme mis olvidos. Creo que de tanto escribir ya me recuerdo y casi puedo decir quién soy. Sería el acabose. Los trabajadores chinos el día de la Fiesta del Trabajo trabajan el doble que ya es decir y gratis. En España no trabajan. Nunca seremos un país mientras los que tienen empleo no trabajan y los que no lo tienen tampoco. Ni el CIS es capaz de echar cuentas para saber con certeza cuántos trabajadores trabajan y cuántos no. Este país es un festival de sangre y arena y de mucho robar, sobre todo de mucho robar. Y ahora, los corruptos, además de robar no se conforman con ir de por libre, crean bandas organizadas y grupos criminales. No se puede negar que además de saquear el país sus maneras asustan.

Es lunes y es mayo, y seremos un poco más huérfanos. Anda el interés malsano en este país cantando miserias en los bares que hacen esquina. Tan siquiera se puede doblar una esquina sin tropezar con la barra de un bar. No sé si es peor tropezar con la barra de un bar o con una amiga ida temerosa de Dios con la conciencia tranquila a pesar de haber dicho lo que dijo: la misma mentira y dale con la misma audiencia en la barra de un bar. Ni la vecina chismosa me saluda si coincidimos barriendo la acera, al menos no me cuenta con pelos y señales las bravuconadas de alguna con una copa de más. Eso gano, y no tener que resucitar por amor, que sería peor que envejecer en un país fallido y abandonado. Gracias.

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