Abro la ventana y las mariposas que vuelan libres en primavera
traen palabras sueltas y no sé qué decir... Se agitan como
alas de mariposas y se dejan caer suavemente sobre el alféizar de mi ventana... Tal vez
sean palabras de un poeta enamorado que en un descuido dejó descubierta su
alma y las mariposas... Es primavera. Un poeta
sufre mal de amores como los hombres corrientes. El amor es un invento humano y creo que solo un poeta sabe qué hacer con palabras
de poeta. O no. Los sentimientos son exclusivos. Palabras de poeta. Un verso a punto de nacer no
nace.
Palabras de poeta. Yo quiero hablar con ellas para pedirles que me den tiempo, que no se vayan. Nunca palabras tan bellas estuvieron cerca de mí. Diría que me saludan como un pretexto en voz baja. Palabras tibias de amor. Palabras encriptadas de un verso se reconocen conmovedoras en su gracia,
inteligentes, cautivadoras: saben que son bellas y a la vez, nada tan destructivo como las palabras de poeta sin texto de
sentimiento.
Me quedo en un silencio sepulcral con las palabras más bellas. Me quedo maldiciendo las
palabras de poeta que el azahar dispuso que las mariposas que
vuelan libres en primavera dejaran caer suavemente sobre el alféizar de mi
ventana... ¡Qué quieren de mí!. Torpe, me declaro torpe e incapaz de componer un verso con palabras de poeta.
Ojalá y que María, la Magdalena, quiera que sean palabras de amor de eternidad. Y me salve. Gracias.
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