lunes, 29 de mayo de 2017

Y jiji y jaja.

Paseando con Ian a la sombra por las calles del pueblo de Patricia (Les Seniaes están como un pobre sin esperanza a las puertas del suicidio. A la pobreza y la enfermedad se suma el calor del verano cuando no es verano) la modorra pasa inadvertida. En cada calle un bar y en cada bar una terraza con mesas a la sombra. Y en una mesa una amena tertulia: Y jiji y jaja. A veces, lo peor de cada casa es lo mejor en la terraza de un bar donde la irresponsabilidad echa las cartas del tarot. El país se desparrama mientras la modorra avanza sonriente. Y jiji y jaja. Una mujer encantadora brinda su show. Y la colindancia se ríe (un día se reirá burlona o ni eso, pero hay que comer). Hay que llegar a fin de mes y la necesidad se hace viral en las redes sociales. Los teléfonos móviles están conectados a las redes sociales y cada fotografía guapísima "me gusta". Yo no tomo en cuenta la realidad de las redes sociales, me parece un camelo, y tener por necesidad que reír la gracia de alguien sin talento una crueldad. Y jiji y jaja. Mejor fueran al circo.

Paseando con Ian a la sombra por las calles del pueblo de Patricia se cierra una puerta cuando no estoy dispuesto a entrar. Merece la pena pasar por allí solo para ver cómo se cierra una puerta cuando paso. "La señora marquesa hoy no vino y mañana...". Tranquila, mujer, pasaba por aquí, eso es todo. La estupidez ha tocado fondo.

Adriana Lastra, diputada asturiana afín a Pedro Sánchez dijo: deberían "pedir perdón" tras su derrota. Adriana Lastra es asturiana y por eso es estupenda, pero no son tiempos de Ramiro I. Pedimos perdón cuando nos equivocamos (o como licencia literaria al carecer de estilo) pero no por votar a Susana Díaz. Susana Díaz se botó ella sola. (Perdona la ironía. Pido perdón por la ironía que viene al caso, aunque dudo que entre risas y alegrías la aprehendas). Gracias.

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