viernes, 3 de octubre de 2014

¡Qué país tan, tan... ¿injusto?

Es triste que un hombre huraño, malhumorado, no dado a bromas ni descuidos, de pronto pida que le quieran; pero a veces se siente solo como un humilde sastrecito de un cuento infantil... Luego de haber ganado más de mil batallas ahora se siente solo, y además es objetivo de una implacable y cruel persecución por parte de casi seis millones de personas que también quieren que las quieran y se lo demuestren con un puesto de trabajo. ¡Qué país tan, tan... ¿injusto?

2 comentarios: