miércoles, 2 de octubre de 2024

Síndrome del Impostor.

Anoche quedé estupefaciente leyendo Apocalipsis 21:8 cuando dice que "los cobardes e incrédulos" encabezaban la lista de quienes no entrarán al reino de Dios. Quedé estupefaciente porque es la primera vez que estoy de acuerdo con Apocalipsis. Cierto es que creí que Apocalipsis era el fin del mundo y no un libro de Reina Valera, sea quien sea Reina Valera. Los reyes, dueños de la democracia, no los invitan a la "toma de protesta" en México, o sea, cambiar el presidente por la presidenta. El cambio de presidente en cada pueblo se llama conforme a su cultura: en México "toma de protesta" y en España "moción de censura". En fin. No estoy seguro de que Él nos dio espíritu de cobardía, sino de poder, amor, dominio propio. Tampoco huir escaleras arriba, es decir, espíritu de cobardía en plan monárquico. No quiere vernos huyendo de nuestro propósito ni eludir responsabilidades o callando cuando debemos hablar. Tenemos que esforzarnos en los aspectos de la vida a tiempo parcial o completo, la cuestión es conformarse, oiga. Cobardes nunca. Como nunca elegir el camino del ego, la propia seguridad al margen del bienestar de los demás, o dejando de lado la sensatez. Los monárquicos deciden sin valorar las consecuencias. Cuando la cobardía te define la incredulidad te sitúa. (De tanto no saber diría que tienes el Síndrome del Impostor). Gracias.

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