domingo, 20 de octubre de 2024

Pensarme.

Pensarme todo el día, dedicándome todas las horas con un solo fin: escribir un sueño en el que puedas soñarme. Pensarme y absorber la inspiración necesaria para escribirte un poema que te llegue al corazón. Me resulta más fácil escribir te quiero que mirarte a los ojos. Si te miro a los ojos no soy capaz de mantener la mirada. Me disfrazo para que no me reconozcas y poder acercarme a ti. Redundante cada día, día tras día, crece en mí la necesidad de ti. Llevo una doble vida de memorias extremadamente heterogéneas, en ellas ritualizo mis acciones que se nutren de una fuente inagotable de poesía que no se explica. Pensarme entre nubes de algodón correteando contigo. Poesía. La poesía de Ángel González me inspira y consigo soñarte. La poética del sueño me proporciona otro sueño y al intentar desvelarlos y profundizar más en tu cuerpo desnudo despierto. Todo lleva tu nombre, hasta mis fantasías, incluso la muerte física y psíquica lo lleva. Al pensarme siempre pienso en ti y me convierto en tu esencia con la lucidez de pensamiento que gravita por un instante, suficiente para que alumbre mi oscuridad interior. Soñar. Y soñar que puedas soñarme me carga de razones para dar sentido a mi vida: autorrealización del yo, el yo que escribe el día que me gusta vivir. (Leer y escribir es el alimento del que jamás imaginé alimentarme). Gracias.

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