jueves, 3 de octubre de 2024

La disculpa fue correcta, pero insuficiente.

"Bendito sea el hombre que no teniendo nada que decir, se abstiene de demostrárnoslo con sus palabras". (George Eliot).

No es obligatorio ser cargo público, pero serlo conlleva responsabilidades. Ustedes como yo lo sabemos, pero ellos, los bien pagaos, no. Ignorantes, rencorosos y violentos: qué decepción. Llegará un día en que no habrá tiempo para llevarse bien, ni siquiera para el amor, esto es, para la vida. Quizá por eso, la disculpa fue correcta (delegada, no tienes ni palabras para dar la cara), pero insuficiente. No obstante, para que sirva de advertencia, nunca se da armas ni motivos para usarlas a quien la palabra es su escudo y es su espada, además de lector obstinado de Pablo Neruda, porque las utilizará contra ti. Llevo años escribiendo para conocerme mejor, para aprender, y, sobre todo, para atizar a los peores políticos y que nos tomen en serio. Muy en serio. Cuando la vecindad cuestiona frontalmente las decisiones de un cargo público que vomita heces por la boca e insulta, sin ninguna necesidad, respeto, dignidad, sentido común ni razón, la inteligencia de los votantes, nadie lo echaría en falta si se fuera yendo. Ni los nuestros, por muchos besos y abrazos y favores. Desde las pasadas elecciones, una promesa y otra, promesas incumplidas, nos las estampa en los morros. (Tanta desvergüenza, como los años vividos, duele). Gracias.

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