Ayer y anteayer muerte y hoy Día de las Bibliotecas vida. Si algo existe que podemos cambiar es a nosotros mismos. Hablo de cambiar a mejor comenzando por los ejemplos. ¿A quién importa lo que ven mis ojos? La evidencia no se discute. El Día de las Bibliotecas una está cerrada por defunción. Joder, dona, y vuelta a la muerte. La verdad tampoco se discute y si fuera un libro, sabio, quiero decir, y tuviera su poderío inyectaría sosiego en vena y ayudaría al necesitado. De ser somos, pero no buenos, somos lo contrario, en otras palabras, somos malos. Si no me creen, pregunten a Rajoy, de quien alguno copió una idea insistente: "a coste cero". Descartar las injusticias de nuestra vida, dedicar nuestras utilidades al bien de la comunidad y nuestra fuerza a disposición de la verdad para regresar al amor y la santa poesía. Llevarnos mejor y con el tiempo tal vez querernos como fórmula científicamente contrastada para acercar el ánimo a la salud mental y el alimento al cuerpo. Tener razones para amar o motivos para odiar no cambia la evaluación del corazón, puesto que es tan sensitivo como inteligente. (Hoy, Día de las Bibliotecas, bajo el lema "por un futuro sostenible", sería una buena disculpa para dar lo valioso de nosotros cargando lo tóxico de nuestras viejas relaciones y llevarlas al lavadero municipal, de donde nunca debieron salir). Gracias.
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