lunes, 12 de octubre de 2015

Amar con las manos vacías.

Tu entiendes lo que entiendes.
Como yo.
Lo que vemos y lo que nos cuentan.
O lo que amamos.

Cuando no sé o cuando dudo,
me adentro en el dolor de alma
y, allí, donde gimen mis miserias
salgo reconfortado.

Siempre consideré inútil lamentarme,
así que me consuelo conmigo.
No indago otras razones y motivos.
Vivo al margen de cualquier alago.

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