Hoy no tocaba corrofur, tocaba hospital. Y qué gracia: me volvieron a ofrecer el cargo de director gerente del hospital. 5 millones de parados y no encuentran a la persona idónea para ocupar el cargo. Lo cierto es que la veteranía es todo. Al parecer nadie sabe más que yo de todo aquello, ¡hay que joderse!. Me ven llegar y enseguida aparece la mujer más hermosa a recibirme. "Pase usted, don, enciendo la computadora y listo. Cosa de unos minutos".
De vuelta a casa, pienso que mal está la economía, el desempleo y todo lo demás, pero ni con mucho como la sanidad. Aceptaría el cargo de presidente de gobierno, y no para salir con Merkel paseando en plan romántico por los jardines de un palacio, sino para meter a los candidatos que se presenta en el 20 de diciembre a las elecciones generales en un cuarto y no dejarlos salir hasta que se pusieran de acuerdo en lo fundamental. Que tiene que ver con las verdaderas necesidades del pueblo. Luego dimitiría para ser alcaldesa del pueblo de Patricia... Ni se imaginan en qué ha quedado nuestra amistad... Desde las elecciones que no veo a La Niña Atenea y La Hada Alexia. Con eso queda todo dicho.
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