De tanto amar y ser amado.

De tanto amar y ser amado uno no sabe dónde meter tanto amor. Si en vez de cajas en el sótano de los bancos para joyas y dinero negro lo metería allí. Todo el amor en una caja del banco más opaco.

Menos hipocresía, el amor, en la mayoría de la gente es simple apariencia. De viejo, puedo decir que tengo un solo amigo y es andaluz. Alguien pudiera pensar que tener un amigo andaluz, y además sevillano cualquiera. Incluso yo. Es cierto, ser amigo de Antonio José es fácil. Antonio José es la amistad sin ningún género de dudas.

-¿Cómo estás? -Mal. -Me alegro. Vamos a ver, ¿cómo te vas a alegrar del mal de un amigo? La amistad de la mayoría es risa fingida, apariencia, protocolo, política de la peor.

El humano ser, confundido, rechazado, angustiado, triste de morir, traicionado en el alma: -¿yo bien y tú? -¡Venga ya!. Hoy, que el asunto este de las relaciones humanas me perjudica por ese Maltrato de Género que no hay manera y otras decepciones, amigas idas y un amigo que fue (y no con Dios); además de valorar única la amistad de Antonio José (gracias, beso y besito en casa), digo que tanto amar y ser amado no es sino sentimientos alterados sin alegrías. De cantar miserias, de interrumpir en el estado de ánimo y quedarse a la puerta ya uno no está. El asunto es ese y no que Rajoy perderá la próximas elecciones. La amistad fingida. Nadie obliga a querernos, solo respeto. Si preguntas a alguien cómo está, al menos mírale a los ojos y sabrás lo que siente, y sobre todo lo que necesita.

En de soslayo se habla mucho de amor y santa poesía, y a fin de cuentas, la crisis no solo es financiera.