martes, 3 de febrero de 2015

Mi destino el olvido.

Los populares debemos tener vida privada. Hablo de los conocidos no del PP y sus votantes de conciencia experimental. Pagarán cara su acción con el remordimiento.

Hablo de ser popular, conocido, casi famoso. Habló de mí: si indago en mi pueblo no me miran de soslayo, me atropellan, me acosan. Y todo por guapo (no como otras). 

En este país sin límites no existe una legislación que ampare a la gente popular. Soy públicamente admirado, un artista sin género conocido y escritor en ciernes. Pero no me conocen más allá de mi pueblo. Sin embargo, los políticos hacen de su vida una mercadería para alcanzar notoriedad. Son más reconocidos por sus meteduras de pata o sus corruptelas que por su trabajo honrado. Si no fuera por la demagogia que les acompaña no los conocerían ni en su casa. Un día harán de sus promesas hechos por el bienestar de la ciudadanía y moriremos de asombro.

No sé cómo fui a parar aquí, a este país y su clase dirigente si solo quería hablar de la gente popular, de mí como escritor en ciernes y de una particularidad física que a veces llega a ser un incordio... “Lo peor es cuando termino un capítulo y la máquina de escribir no me aplaude”. Orson Welles.

3 comentarios:

  1. Ajajajajajjaja muero de risa con tu post.

    Oye no me menosprecies, yo te conozco y vivo más allá. Lejotes nomás cruzas el charco y listo jaja.

    Buen lunes ah no es martes, como ayer fue día feriado me quedaron a deber el lunes.

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  2. Quién debe y no paga no debe nada... Hoy es martes lo quieras o no. Y no es menospreciar decir la verdad. Beso.

    Salud.

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