Recuerdo que antes, y viene a cuento porque en este país las personas ahora no se casan se arrejuntan para no pagar los gastos de divorcio, a poco de "salir juntos" te preguntaban para cuándo el casorio... Vale que a la pregunta le seguía una mirada de soslayo y unas risas, pero las cosas eran así. (Recuerden los que les quede un poco de memoria en la cabeza). Vivíamos obsesionados por casarnos de blanco por la iglesia y tener hijos y ascender en el trabajo y ganar más dinero y comprar un coche, todo lo contrario que ahora. Baja el barril de petróleo y sube la gasolina. Que venga Keynes y me lo explique.
Y no hablo de oídas, mis hijas las primeras. Y la vecina. Y el coche que me costó los ahorros de media vida en la acera. En dos palabras y sin exagerar: Impresionante.
A dónde va el país, a dónde nosotros y nosotras: todos somos culpables. Incluso el Monedero. "Si Monedero no paga los impuestos cómo vamos a pagar la Sanidad y la Educación", dice la vicepresidenta del gobierno, y yo agrego las Pensiones. Aquí comemos todos. Menos tres indigentes, personas las tres que murieron de frío esta semana en Valencia.
Esto más parece un pupurri de tangos y boleros que un pasar el tiempo hasta que llegue Patricia para saber qué será de nosotros como sociedad. Patricia, como no es de ciencias ni de letras sabe de todo.
En serio, tratar de entender a dónde vamos como sociedad es para el encargado de desarrollar el intelecto cercano a la locura en los que aún tienen la capacidad para comprender lo que realmente es chocante en esta entrega de vida por capítulos y no para nosotros, simples mortales. Si al menos hubiera un catálogo de obsesiones para elegir y vivir un futuro inmediato sin pena ni gloria, pero no. Se trata de vivir el día sin dar importancia a las cosas y ejercer de persona normal sin sobresaltos.
Acaba de llegar Patricia, me apeo. Que esta estupidez no impida a nadie tener fe y esperanza en el futuro. Sin Caridad, evidente. Con el perdón del beato Rodrigo Rato, ahora metido a voluntario de comedor social. Por cierto, de las Hijas de la Caridad. Insisto: Impresionante.
Patricia en parte salio a la madre, solo que la madre tambien sabe de letras
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