Hoy comienza una nueva semana
(no es una semana cualquiera,
tampoco una más);
me encuentro en un camino descubierto
y mis pasos todos se hacercan a ti.
Oigo tu voz melancólica:
un grito desde un mar,
quizá naufragando.
Me llega la brisa de la tempestad:
tu naufragio no puede ser de revancha...
Ojalá algún día tu perdón me alcanze.
La esperanza....
ResponderEliminarSaludos
No sé. Muchas gracias.
ResponderEliminarSalud.
Siempre termina uno pidiendo perdón. Que cosa más triste esa.
ResponderEliminarLo es. Beso.
ResponderEliminarSalud.