lunes, 2 de febrero de 2015

Por tu perdón.

Hoy comienza una nueva semana
(no es una semana cualquiera,
tampoco una más);
me encuentro en un camino descubierto
y mis pasos todos se hacercan a ti.

Oigo tu voz melancólica:
un grito desde un mar,
quizá naufragando.
Me llega la brisa de la tempestad:
tu naufragio no puede ser de revancha...

Ojalá algún día tu perdón me alcanze.

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