jueves, 3 de octubre de 2024

La disculpa fue correcta, pero insuficiente.

"Bendito sea el hombre que no teniendo nada que decir, se abstiene de demostrárnoslo con sus palabras". (George Eliot).

No es obligatorio ser cargo público, pero serlo conlleva responsabilidades. Ustedes como yo lo sabemos, pero ellos, los bien pagaos, no. Ignorantes, rencorosos y violentos: qué decepción. Llegará un día en que no habrá tiempo para llevarse bien, ni siquiera para el amor, esto es, para la vida. Quizá por eso, la disculpa fue correcta (delegada, no tienes ni palabras para dar la cara), pero insuficiente. No obstante, para que sirva de advertencia, nunca se da armas ni motivos para usarlas a quien la palabra es su escudo y es su espada, además de lector obstinado de Pablo Neruda, porque las utilizará contra ti. Llevo años escribiendo para conocerme mejor, para aprender, y, sobre todo, para atizar a los peores políticos y que nos tomen en serio. Muy en serio. Cuando la vecindad cuestiona frontalmente las decisiones de un cargo público que vomita heces por la boca e insulta, sin ninguna necesidad, respeto, dignidad, sentido común ni razón, la inteligencia de los votantes, nadie lo echaría en falta si se fuera yendo. Ni los nuestros, por muchos besos y abrazos y favores. Desde las pasadas elecciones, una promesa y otra, promesas incumplidas, nos las estampa en los morros. (Tanta desvergüenza, como los años vividos, duele). Gracias.

miércoles, 2 de octubre de 2024

Síndrome del Impostor.

Anoche quedé estupefaciente leyendo Apocalipsis 21:8 cuando dice que "los cobardes e incrédulos" encabezaban la lista de quienes no entrarán al reino de Dios. Quedé estupefaciente porque es la primera vez que estoy de acuerdo con Apocalipsis. Cierto es que creí que Apocalipsis era el fin del mundo y no un libro de Reina Valera, sea quien sea Reina Valera. Los reyes, dueños de la democracia, no los invitan a la "toma de protesta" en México, o sea, cambiar el presidente por la presidenta. El cambio de presidente en cada pueblo se llama conforme a su cultura: en México "toma de protesta" y en España "moción de censura". En fin. No estoy seguro de que Él nos dio espíritu de cobardía, sino de poder, amor, dominio propio. Tampoco huir escaleras arriba, es decir, espíritu de cobardía en plan monárquico. No quiere vernos huyendo de nuestro propósito ni eludir responsabilidades o callando cuando debemos hablar. Tenemos que esforzarnos en los aspectos de la vida a tiempo parcial o completo, la cuestión es conformarse, oiga. Cobardes nunca. Como nunca elegir el camino del ego, la propia seguridad al margen del bienestar de los demás, o dejando de lado la sensatez. Los monárquicos deciden sin valorar las consecuencias. Cuando la cobardía te define la incredulidad te sitúa. (De tanto no saber diría que tienes el Síndrome del Impostor). Gracias.

martes, 1 de octubre de 2024

La creación y la palabra.

Primero fue la nada: el silencio y la oscuridad. A continuación llegó el parto estremecedor de la tierra. La luz del sol y la cara negra de la luna. Y se hicieron presente los colores: rojo sangre, verde Asturias, azul Mediterráneo. Después llegó la lluvia y apareció el arco iris agrupador de los colores. Y sonó la música, el canto, la melodía del viento y la repercusión del agua. El relámpago, el temblor, el trueno sobrecogedor. Y todo quedó a la espera del nacimiento discreto de la vida en una misteriosa combinación de micro cosas también recién nacidas, lo que devino en el salto de un pez fantástico que en el aire transformó su aletear convirtiéndose en un ave deleitosa de rugido monstruoso, algo de mirada profunda, frágil en su materia, poderosa en el deseo, el amor, la poesía. Creadora del universo que interactúa en el espacio-tiempo: la palabra. Y la Tierra comenzó a girar. Aunque ya nada fue igual. Al nacer la palabra nació el fabular que describe la existencia natural del todo: "de soslayo", la entelequia de todos los días. Pero hoy, un pero lento, hizo realidad la vieja sentencia que viene a ser como el último cuplé de la realidad que empieza a hacer aguas por las venas: edad de oro, escasa voluntad y olvido. Los viejos únicamente nos diferenciamos de los jóvenes en el hecho incontestable de que llegamos antes. La primera evidencia del envejecimiento es no tener un traje a medida y una musa inspiradora. La terquedad ha venido a removerme la cabeza entre los escombros del pasado y situarme entre mis miedos y agraviarme como si fuera una persona normal, o un hijo malcriado y desleal. Gracias.