jueves, 1 de agosto de 2024

Amaneció agosto.

De julio recuerdo que di en loco... Deben creerme: Con la vecindad me llevo "De mil amores", como Fito Páez. Cuando una frase hecha aparece a lo tonto consulto el vademécum. El burro no tocó la flauta y la poesía no se explica. Ante la compleja relación que mantengo conmigo, no me extrañaría que al salir de esta (si salgo), me ofrecieran una oferta de portabilidad al manicomio por tiempo indefinido. El infierno está abarrotado, pero los manicomios necesitan majaretas con la capacidad de llevar la calma y mantenerla ante una situación absurda y lograr que toda ella sea relevante y emocionante, que tenga más que menos, pero de todo un poco. No vale la pena llorar, porque personas que sean capaces de aceptar lo imprevisible con naturalidad hay pocas, y que sepan sustraer lo que es obvio de una situación absurda y añadirle un abrazo fraternal, menos. Por tanto, y dadas las circunstancias, tengo a bien comunicar que me voy a secuestrar. Y que dotaré de las más avanzadas tecnologías de seguridad el zulo donde me secuestre para que en el caso de que añore la luz del día y me diera por huir, no pueda, o si puedo, no caiga al precipicio. Joder, dona, no debo leer lo que escribo... (Ojalá y que esta absurdidad sirva a mis miedos y mis paranoias a valuar los amaneceres en Les Seniaes y entender que todo es mi casa y esta mi familia). Gracias.

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