La literatura como la conocemos hoy en día tiene sus raíces en la literatura clásica de autores como los griegos Eurípides o Sófocles y los romanos Séneca o Cicerón. (Arte de la expresión verbal). Pues las cosas han cambiado: La literatura hoy en día no tiene raíces, tiene mucho morro y la reescribe Carlas Puigdemont, el alma difusa en el intento secesionista fracasado en octubre de 2017, huido de la justicia que amenaza con volver, como el bolero, para impedir la investidura de Salvador Illa acordada por la mayoría (la mitad más uno es mayoría absoluta) de los 135 diputados del Parlament. Las últimas elecciones las ganó Illa, Puigdemont solo las perdió, y ya está tardando en abandonar la política como prometió en campaña electoral. Carlas Puigdemont no se respeta, y a peor, no respeta el voto del pueblo catalán. No se engañen, lo que pretende el fugado del maletero es hacerse una fotografía como héroe en el exilio y llevar al límite la democracia. O reventarla, si la justicia no lo impide. Como el Serrat: "Hoy puede ser un gran día" para Catalunya y será triste, desgraciadamente triste, si al doblar la esquina aparece Puigdemont (y su grupúsculo de independentistas) en plan Abascal nacionalcatolicismo. (Què no pensaria Josep Tarradellas, "Ja soc aquí", després de 38 anys a l'exili que va tornar a Catalunya per recobrar la Generalitat). Gracias.
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