Anoche soñé con la aldea donde nací... No guardo relación con nadie. Bueno, recuerdo a Vitorín que por aquel entonces ya apuntaba maneras... Hay que joderse, la aldea donde nací... Ni tan siquiera sabía que se podía soñar una aldea. La cabeza la tengo dividida en compartimentos y solo conservo amores nuevos y recuerdos buenos. Nada es casual: algo querrá decir. Después de casi una vida sin venir a la memoria la sueño y si hurgo un poco tal vez encuentre escondidos paisajes, olores, sabores, anécdotas y algunos rostros arrugados. Tiempos muy lejanos. En mi aldea había gente honesta que abrazaba con ternura y entregaba sus afectos sin malicia en tanto en cuanto la vaca no saltara la estaquera y arrasara el sembrado de la huerta del vecino. -"La mio vaca non". -"Cómo que no... ¿No la ves? La vaca es tuya y me está echando a perder la huerta". -"La mio vaca non". También había gente más terca que una mula, pero muy trabajadora. La mayoría trabajaba en la mina y al anochecer se reunían en el chigre a beber sidra y picar carbón. Los mejores picadores de la mina, los que de una palada cargaban un camión, eran de mi aldea. Gente muy suya. ("L'home que nun tien mieu al llunes, tampoco lu tien al diañu". Si ustedes se preguntan a qué viene el refranero Bable al recuerdo... "La mio vaca non" morrió'l llunes d'un fesoriazu). Gracias.
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