viernes, 9 de agosto de 2024

Cuando las cuentas no salen.

Es agosto y un día música enlatada y otro tamborrada, y más petardos. Demasiado ruido. Entonces, con tiempo, busqué por internet una casa rural para pasar los días de más ruido en el Pueblo de Patricia. Pero los precios, de haber plazas libres, se escapan a mis posibles económicos. Por huir del ruido estaría dispuesto a dejar que me picaran los mosquitos, o me untaría de mata mosquitos. No hay mosquitos, se los comen los tábanos. Vestiría traje de buzo sin botella. No valen disculpas. Dios mío, no puedo pagar ni una litera. Nunca se sabe. Y le di mi número de móvil al señor que atendió mi llamada por si a última hora alguien cancelaba su reserva y luego hablaríamos. Hablado estaba, pero insistí por si a última hora un reservista, como en la guerra, lo mataban o le tocaba la lotería y cancelaba la reserva. A día de hoy no me llamó el señor: nada imprevisto, ni siquiera pensaron que en septiembre hay que comprar libros y uniformes. Pero oiga, que igual son cosas mías y tiene razón el gobierno con la bonanza económica. Los jubilados y pensionistas malamente llegamos a fin de mes por lo que pienso que las familias vivalavirgen lo de los libros y los uniformes del nuevo curso escolar y etcétera ya lo tienen resuelto. (No buscaré tres pies al gato, se trata de encontrar un usurero que patrocine un mes de vacaciones y ya amanecerá algún día). Gracias.

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