Tenemos que pensar, tenemos que creer, pero señores políticos, no lo que ustedes quieran: tenemos una edad. Hoy traigo a de soslayo un asunto de relevancia. El Pueblo de Patricia está en fiestas: es un infierno. El ambiente se mastica, claro, pero también es el ruido de la verbena, además de los cohetes, los tambores, la campana de la iglesia y la música en lata. Joder, dona, estos que mandan quieren acabar conmigo. Llegaré tan lejos como pueda. En fin, voy al asunto: a dos cotorras las oí decir que un menda charleó paparruchas en plan campaña electoral injuriando a los presentes. Un espectáculo bochornoso, en especial para los más pequeños, seguramente todo él era ofensivo. Créanme que lo sé de oídas y la fuente ni siquiera es fuente, eran dos chismosas de lavadero municipal. Y defensor de las mejores causas perdidas, contestatario, revolucionario y batallador, que pagué mis osadías con el desprecio de los nuestros, no dejaré pasar de soslayo otra causa perdida: Como sociedad independiente, tenemos que exigir a las autoridades que condenen a quien insulta con patrañas a los que pierden, casi el cincuenta por ciento de los vecinos que apenas sobreviven a su triste realidad. Vendrán tiempos mejores, pero como tantas veces, no se entusiasmen demasiado... (En serio, señores políticos, si falla la ética, que no falte la estética). Gracias.
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