Hay personas que crecen a lo tonto, sin forjar un estilo de vida que forme parte de algo que no sea una tontería. Entre ellas y algo hay nada. Se alimentan de aplausos sin rostro, "amiguitos del alma", como aquel político venido a menos. Aduladores temerarios, creyentes de sus mentiras. Son personas intentando romper el récord de la tontería para ser más altos y jugar a balón cesto, quizá. Ser alto no es lo mismo que estar en alto, o crecer a lo tonto y no sostenerse en pie. Pero qué tontería es esa. Tenemos una vida que compartir y la tolerancia debe gobernar nuestro interior. Debemos vivir inteligentemente un día y otro, y darle tiempo, tiempo al amor para no confundir las verdades que conviven con otras realidades y que tantas veces se contradicen al caer la tarde. Las relaciones humanas caducan cuando muere el amor. Las honras fúnebres, funestas, tristes, son para los vivos cuando enterramos el amor. Joder, dona, merece una pena con lágrimas... Por siempre con tal de que... a cambio de qué... Éramos felices... Abrazamos el dolor, aunque sabemos que no sirve para minimizar los daños colaterales o amnistiar nuestros días. Centrémonos en nuestros objetivos primarios, los que tienen que ver con el amor y la santa poesía. Hagamos lo mejor por los demás y celebremos la vida juntos. Por un nuevo comienzo (y sacar el miedo de dentro). Gracias.
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