viernes, 22 de marzo de 2024

PP y PSE entran a matar (sálvese quien pueda).

Hago saber que la clase dirigente se echó al monte y que la capacidad de decepción del ciudadano de a pie es parecida a la del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid que aprendió a conducir un Citroën y compró un Maserati. La ciencia no dio con el cálculo de "negocio y tiempo" que un empresario necesita para enriquecerse y comprar un Maserati, ni siquiera conducirlo. Son coches de diferentes consistencias mecánicas y porcentajes. Ay, ya sabía yo que tarde o temprano saldrían a la luz los porcentajes de los políticos y sus allegados. Cómo me conozco. Quise aprender a escribir para conocerme mejor y a conocerme mejor aprendí, a escribir lo seguiré intentando. En qué poca consideración nos tienen. La crispación entre el PP y el PSE es máxima, y saben qué, el insulto y el desprecio les perjudica tanto como tanto les beneficia. Lo que me lleva a pensar que, queramos o no, como votantes que decidimos no votar al bipartidismo, en el cuerpo a cuerpo que mantienen con algunos golpes bajos, quiero decir golpes bajos familiares (la familia: pero qué poca vergüenza, oiga. Hay que joderse), nos llevan a votarlos y volver al bipartidismo. Que es lo mismo que morir y no resucitar jamás. Va muy en serio: sin importar a dónde nos lleve la baja estofa de estos politiqueros, o nos arrastren los avatares de la vida, si creen que no podemos caer más bajos como sociedad, esperen a las próximas elecciones y hablamos. Háganme caso: "sálvese quien pueda". Gracias.

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