Qué mes, estoy del ruido de los tambores que me vomito. Seguramente para un buen cristiano es el castigo idóneo, o tenga otro fin tanto porrompompero. Y venga y dale con Jesús el Cristo muerto, Jesús, el de Nazaret, paseando procesión arriba y procesión abajo. Y vuelta y dale con la tamborrada del porrompompero todos los días. Recuerdo otros años que Les Falles y Semana Santa dejaban pasar unos días para que los bebés y los más viejos durmieran la siesta, pero este año... Será cosa de los independentistas. Pienso yo, eso sí, respetuosamente, pedirle a Jesús el Cristo que mañana, cuando resucite, antes de subir al cielo, o en el cielo, que hable en tono categórico con el IPC para que baje. O no baje, pero que no juegue con las cosas de comer. Y a Él, que ya le vale convertir el agua en vino como en las bodas de Caná y ayude a llenar la cesta de la compra del carrefur. Semana Santa tiene que valer para más que volverme loco de la cabeza con tanto, y tanto ruido. Ah, y los políticos corruptos y los empresarios amigos de Rajoy arrodillados celebrando la resurrección como si todo fuera verdad y no mentira, mejor dieran ejemplo y empezaran por devolver el dinero que robaron al erario... ¡Hipócritas fariseos!. Gracias.
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