sábado, 16 de marzo de 2024

¿Por qué me obligo a no quererte?

Dejamos ir a quien deseamos abrazar, interrumpimos a quien necesitamos escuchar, despreciamos a quien nos empodera, ignoramos a quien nos lleva en el corazón, damos prioridad a lo que sabemos de antemano que no se quedará en nuestra vida, corremos para alcanzar la luna y dejamos atrás un lugar acomodado en la tierra que es donde vivimos. Y de no amar... -¿Por qué me obligo a no amarte? -Buena pregunta. Queremos construir una vida a la medida de nuestras comodidades sin contar con nuestros aliados. Nos obligamos a hacer lo que no queremos... -Vivir en paz, eso quiero. -Qué menos. El camino es estrecho y no hay alienista que abra la puerta con tanto orgullo dentro. Hay que cuidarse con ofender a los enemigos que no tienen dueño. Hablo de política, de trabajo, de humana necesidad, no del qué dirán. Hoy es el día... pero vale mañana, o nunca. No seas estúpida, hazlo por ti y por mí, también por el pueblo. El pueblo. Los partidos políticos sin ley financiados sin trasparencia tienen que dejar de ser simpáticos. De cómo ilícito y veloz se enriquecen hablaremos en otro de soslayo. Como ves, sigo esperando en la retaguardia a que te decidas para explicarte que un país donde la decencia es sinónimo de vileza, donde se premia la difamación (que te devuelvan la tranquilidad) y se castiga la búsqueda de la imparcialidad política murió o está en la UVI. (Mujer morena de pelo oscuro, ay, que oye al Sabina y lee a Ángel González, sálvate... Sálvanos). Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario