lunes, 18 de marzo de 2024

Beso de despedida.

Cicerón dijo: "Para ser libres, uno, debe ser esclavo de la ley". Sin esa esclavitud vamos derecho al caos, a la anarquía, que es justo lo que se está viendo en un país donde la aplicación de la ley se detiene ante los despachos que pueden perjudicar la financiación de los partidos políticos. En tiempos de manicomio y muerte, hay ofertas de mausoleos para los gustos más exigentes en el cementerio. La muerte nunca fue el remedio que sacia la psique desbaratada, que busca desesperadamente la aprobación que se nutre de elogios y se embriaga de placeres mundanos. Un alma vacía de ternura, huérfana de caricias, repleta de reconocimientos, saciada de lisonjas. Un alma desterrada de su tierra viviendo la sempiterna soledad con amores de conveniencia. Una vida acostumbrada a los falsos amores clama a las puertas del cielo. En 1 Juan 4:9-9, encontramos la mejor oferta, una invaluable e incomparable: "Nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error". Es la oferta del cielo capaz de llenar vacíos. Es Jesús el Cristo quien cuando entre en el corazón, llena de luz los sitios sombríos, toca los sentimientos remotos y despierta los anhelos acallados. "No es posible la felicidad en la ignorancia, solo la certeza aporta tranquilidad". (Émile Zola). Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario