martes, 12 de marzo de 2024

A las puertas de la primavera.

Oye, tú, si no propicias un encuentro, si no abres el debate, si no practicas la política de los mayores. Encomienda a un dios verdadero que ponga las cosas en su lugar, alejado de ti. Abandona el escepticismo porque no estarás expuesta, la cosa no irá de ti, irá de otros. Un martes y casi trece de marzo, no debes dejarlo ir, y con él la primavera y las mariposas que siempre vuelan libres. Si tú quieres, hay maneras de hacer, algunas no son las que pensamos que acabaríamos haciendo. Se puede hacer, y dar por hacer, para compensar a alguien por algo, dar por amor, también dar por necesidad, dar por convicción, dar intencionadamente para favorecer un cambio, dar sin esperar nada a cambio. Ya empezaron a levantar las alfombras y vete tú a saber lo que hallarán. ¿Comprendes? La culpa tuya es y no de ellos. Cada día que pasa se hacen más fuertes, y lo que es peor y más peligroso, menos tolerantes y más irremplazables. Cuando el pueblo no pueda más con sus derrotas, con su pobreza y no le quede ni una esperanza: ¿Adónde irá a morir? El proletariado sin derechos le dará la espalda al PSE de las dictaduras. Politiquería de cañones recortados y sin visión de futuro. Sabes bien a qué me refiero y de quién hablo. La cosa es complicada, matizada de intereses espurios y traiciones, sin complejos ni conciencia. Si va a ser la historia de mi vida, le haré honor a la verdad. (Cuando se fue nadie perdió, todos ganaron y, sobre todo, ganó la democracia y el pueblo). Gracias.

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