sábado, 23 de marzo de 2024

¡Eh, tú eres simiente!.

Cada ser viviente en la Tierra proviene de una simiente. Ellas contienen todo el potencial de la vida. Cada semilla sembrada tiene el poder de romper la oscuridad que la cubre, de abrirse camino ante las presiones que la detienen, de evadirse de la losa que la aplasta y sentirse capaz de asaltar los cielos. ¡Eh, tú eres simiente, y lo que derribes hoy será tu fuerza mañana!. Tú puedes y no me entra en la cabeza que calles ante el desprecio que soportamos. El mensaje que envías al ciudadano es el de siempre: En este país de fortunas con sabor a pueblo, millonarios por engaño y mendigos por amor, todo tiene perdón menos ser pobre. Si usted roba una gallina para dar de comer a sus hijos y tiene la mala suerte de ser apresado será noticia en los medios de tirada nacional a primera hora de la mañana. Pero si usted y sus asociados, todos gente de bien, que diría Feijóo, expertos en eludir la ley y su justicia, es sorprendido evadiendo impuestos, su nombre no será ni chisme de lavadero municipal porque sus asociados son abogados bien pagados. Cuando el dinero es público y de libre disposición resuelve los problemas en un verbo. Al final todo queda como un desliz de ingeniería financiera de un honrado hombre de negocios, y de un politiquero. El dinero de las administraciones que manejan los dueños de los partidos sin trasparencia es el cáncer de la democracia. (Qué oscura que está la noche. ¿Dios, afligido, se habrá quedado dormido? Ya amanecerá algún día). Gracias.

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