Después de tantos y tantos años -y más para con ellos-, un día, por casualidad, como el verdadero amor, llega la hora de la verdad. Y digan lo que digan unos y otras, solo existe una verdad. Pero cuidado con la verdad, porque de cuando en vez la verdad se deja acompañar por palabras envenenadas. ... y pasaron los días y no le ha dado al "me gusta" y eso "me gusta". ¡Enhorabuena!. Solo cabe esperar que a ellos les disguste. Pero eso a quién importa. La vida es mucho más que la política.
Permanecer en nuestras convicciones por encima de nuestras emociones y decisiones, ay, a veces cuesta, pues no se trata de sobrevivir, sino de saber vivir. Cada uno lleva su cruz a cuestas y cada día trae sus plegarias en Semana Santa. Y toda la vida de Dios. A quien tanto amó siempre le quedará el Puente de Hierro. A fin de cuentas ni París es lo que era ni el amor es lo que fue. Y para mayor afrenta, al pueblo lo han deteriorado en su esencia ética y en sus valores culturales. La politiquería de los politiqueros se lleva a una generación de votantes impacientes y engendra una generación de huérfanos de padres y madres físicamente ausentes, y políticamente irresponsables. Y sin darnos cuenta llegó la primavera. (El único beneficio de tocar fondo es que a partir del abismo solo nos queda la recuperación. "Caminando se hace camino", don Antonio). Gracias.
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