domingo, 17 de marzo de 2024

La patología del autoengaño.

Desatado corazón, vendrás a mí, y no me importa si apareces arrepentida o con el penúltimo grito en la lucha. Palabra de tu único Dios verdadero. Vendrás y no pasarás de soslayo porque te estaré esperando para abrazarte; vendrás por tu voluntad y no volverás a irte. Y cuando te abrace, al acariciar tu cara toda tú fuera de ti no podrás evitar que se derrumbe tu universo. Te rendirás ante la certeza, y el eco de tu voz lanzará al viento todas las mentiras que te sometieron hasta el último instante. Vendrás, y ante mí, "El Tribunal del Reparo", seré para ti. Y entonces entenderás que la verdad te hace libre, mientras que la mentira te hace presa de la evidencia que no quieres aceptar: nacer para juntos en los años altos de la vida. Vendrás, tardes o no, porque el amor... No hay refugio como el amor, ni dolor tan profundo como el miedo a perderte de nuevo. Perderte, ay, amor. En la vida se paga demasiado caro confundir los deseos con la realidad. Y malo, peor que malo fue que apareciera el tercero en discordia. Tú lo trajiste, y tú lo tendrás que enviar de vuelta a casa. Si por las buenas o por las malas; creo que te las arreglarás con "esos" que en plan matón me dijiste un día que te sobraban. (Si por no callar le hablara a la dama que no me deja ir de ti, ipso facto, diría que perteneces al club de las personas atrapadas en la patología del autoengaño). Gracias.

4 comentarios:

  1. Hijoles amaneciste con la espadas desenvainada en un domingo de ir a mis.
    Haré como que no vine h me vuelvo a dormir. Mi domingo apenas comienza .

    Sé feliz . Te quiero amigo mío

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  2. Me hace feliz tu visita. Te quiero. Beso.

    Salud.

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  3. Buenas madrugadas tengas. O noches. Te quiero. Beso.

    Salud.

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