El éxito de los políticos en precampaña electoral sacude lo peor de su carácter tramposo. El éxito y las debilidades desafían sus supuestas capacidades. Es una situación desconocida a la que se tienen que enfrentar y les da pánico volver. Y volver. Pues ténganse miedo si confunden estrategias políticas con favores personales porque el futuro fue ayer... Es política y no corrupción. Tomen conciencia de sus horrores porque el pueblo, ay, el pueblo. Tomen conciencia porque estamos hartos y no aceptamos más mentiras envueltas en papel de fino regalo. Las maneras que utilizan ofende la inteligencia y envilece su honestidad pública. Superen el miedo, no sea estúpidos. Como hipótesis vale comprometerse sin complejos... Quizá no me explique, pero pronto se sabrá de qué hablo y se verá que todo, por malo, será peor todavía. (Y lo sabes... tic, tac). Gracias.
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